Para nuestra Diócesis de Istmina - Tadó comienza una nueva etapa con su plan de pastoral 2012 - 2020. Este blog: "Caminos de Esperanza Chocoana" va dirigido a todos nuestros agentes de pastoral profética y educativa, para que puedan encontrar herramientas que les ayuden en su labor evangelizadora. Recorramos de la mano con Jesús estos caminos llenos de esperanza en medio de nuestro pueblo chocoano.
lunes, 7 de mayo de 2012
miércoles, 2 de mayo de 2012
martes, 1 de mayo de 2012
50 AÑOS DE LA CANONIZACIÓN DE SAN MARTÍN DE PORRES
El llamado "santo
de la escoba" fue el primer santo negro de América.
"Martín nos
demuestra, con el ejemplo de su vida, que podemos llegar a la salvación y a la
santidad por el camino que nos enseñó Cristo Jesús: a saber, si, en primer
lugar, amamos a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con todo
nuestro ser; y si, en segundo lugar, amamos a nuestro prójimo como a nosotros
mismos".
Papa Juan XXIII,
ceremonia de canonización, 6 de mayo de 1962
Nació en la ciudad de Lima, Perú,
el día 9 de diciembre del año 1579. Fue hijo de Juan de Porres, caballero
español de la Orden de Calatrava, y de Ana Velásquez, negra libre panameña.
Martín es bautizado en la iglesia de San Sebastián, donde años más
tarde Santa Rosa de Lima también lo fuera.
Son misteriosos los caminos del Señor: no fue sino un santo quien
lo confirmó en la fe de sus padres. Fue Santo Toribio de Mogrovejo, primer
arzobispo de Lima, quien hizo descender el Espíritu sobre su moreno corazón, corazón
que el Señor fue haciendo manso y humilde como el de su Madre.
A los doce Martín entró de aprendiz de peluquero, y asistente de
un dentista. La fama de su santidad corre de boca en boca por la ciudad de
Lima.
Martín conoció al Fraile Juan de Lorenzana, famoso dominico como
teólogo y hombre de virtudes, quien lo invita a entrar en el Convento de
Nuestra Señora del Rosario.
Las leyes de aquel entonces le impedían ser religioso por el color
y por la raza, por lo que Martín de Porres ingresó como Donado, pero él se
entrega a Dios y su vida está presidida por el servicio, la humildad, la
obediencia y un amor sin medida.
San Martín tiene un sueño que Dios le desbarata: "Pasar
desapercibido y ser el último". Su anhelo más profundo siempre es de
seguir a Jesús. Se le confía la limpieza de la casa; por lo que la escoba será,
con la cruz, la gran compañera de su vida.
Sirve y atiende a todos, pero no es comprendido por todos. Un día
cortaba el pelo a un estudiante: éste molesto ante la mejor sonrisa de Fray
Martín, no duda en insultarlo: ¡Perro mulato! ¡Hipócrita! La respuesta fue una
generosa sonrisa.
San Martín llevaba ya dos años en el convento, y hacía seis que no
veía a su padre, éste lo visita y… después de dialogar con el P. Provincial,
éste y el Consejo Conventual deciden que Fray Martín se convierta en hermano
cooperador.
El 2 de junio de 1603 se consagra a Dios por su profesión
religiosa. El P. Fernando Aragonés testificará: "Se ejercitaba en la
caridad día y noche, curando enfermos, dando limosna a españoles, indios y
negros, a todos quería, amaba y curaba con singular amor". La portería del
convento es un reguero de soldados humildes, indios, mulatos, y negros; él
solía repetir: "No hay gusto mayor que dar a los pobres".
Su hermana Juana tenía buena posición social, por lo que, en una
finca de ella, daba cobijo a enfermos y pobres. Y en su patio acoge a perros,
gatos y ratones.
Pronto la virtud del moreno dejó de ser un secreto. Su servicio
como enfermero se extendía desde sus hermanos dominicos hasta las personas más
abandonadas que podía encontrar en la calle. Su humildad fue probada en el
dolor de la injuria, incluso de parte de algunos religiosos dominicos.
Incomprensión y envidias: camino de contradicciones que fue asemejando al
mulato a su Reconciliador.
Los religiosos de la Ciudad Virreinal van de sorpresa en sorpresa,
por lo que el Superior le prohíbe realizar nada extraordinario sin su
consentimiento. Un día, cuando regresaba al Convento, un albañil le grita al
caer del andamio; el Santo le hace señas y corre a pedir permiso al superior,
éste y el interesado quedan cautivados por su docilidad.
Cuando vio que se acercaba el momento feliz de ir a gozar de la
presencia de Dios, pidió a los religiosos que le rodeaban que entonasen el
Credo. Mientras lo cantaban, entregó su alma a Dios. Era el 3 de noviembre de
1639.
Su muerte causó profunda conmoción en la ciudad. Había sido el
hermano y enfermero de todos, singularmente de los más pobres. Todos se
disputaban por conseguir alguna reliquia. Toda la ciudad le dio el último
adiós.
Su culto se ha extendido prodigiosamente. Gregorio XVI lo declaró
Beato en 1837. Fue canonizado por Juan XXIII en 1962. Recordaba el Papa, en la
homilía de la canonización, las devociones en que se había distinguido el nuevo
Santo: su profunda humildad que le hacía considerar a todos superiores a él, su
celo apostólico, y sus continuos desvelos por atender a enfermos y necesitados,
lo que le valió, por parte de todo el pueblo, el hermoso apelativo de
"Martín de la caridad".
Su fiesta se celebra el 3 de Noviembre.
LA SEÑAL DE LA CRUZ Y SU SIGNIFICADO
“y verán su rostro y llevarán en la frente su nombre.”
Apocalipsis 22:4
Ya dese el
Antiguo Testamento se habla referente a un signo en la frente (Ezequiel 9:4),
que es el signo de la Tau, que se ordena poner sobre los buenos que era una
pequeña cruz o equis de la antigua escritura fenicio-samaritana. La Tau «T» es
la última letra del alfabeto hebreo. Decimonona letra del alfabeto griego, que
corresponde a la que en el nuestro se llama «te».
También con
ocasión del éxodo un signo especial sirvió para proteger a los israelitas
contra el ángel exterminador (Éxodo 12:23). Padres de la Iglesia como
Tertuliano ya desde el siglo II han visto en esta señal un tipo del carácter
bautismal del cristiano, destinado por vocación a la vida eterna.
"En
todos nuestros viajes y movimientos, en todas nuestras entradas y salidas, al
ponernos nuestros zapatos, en el baño, en la mesa, al prender las velas, al
acostarnos, al sentarnos, cualquiera que sea nuestra ocupación, nos marcamos la
frente con el signo de la cruz ". (1)
Y después
San Cirilo de Jerusalén haciendo eco a Tertuliano también escribía:
“Debemos
hacer el signo de la cruz cuando comemos y bebemos, nos sentamos, vamos a la
cama, nos levantamos, hablamos, caminamos, en suma: en cada acción (2)
No se sabe
exactamente cuando empezaron los cristianos primitivos a signarse con el signo
de la Cruz, pero estos testimonios nos dicen que esta es una practica cristiana
muy antigua, encontrada también en sarcófagos y pinturas e iconos muy antiguos,
y del cual muchos Padres recomendaron este signo en los exorcismos por su
eficacia contra todo tipo de molestia demoníaca (3). Por eso
satanás odia este signo, y cuando nosotros lo hacemos o el sacerdote lo hace,
los demonios huyen. Hacer la señal de la cruz en los momentos de tentación y la
confusión es de gran beneficio espiritual.
Este tipo de
signo de la cruz se hacia en la frente, y nada mas con el pulgar. Aun vemos
esta modo de santiguar cuando en la lectura del Evangelio el sacerdote signado
los Evangelios con el pulgar, antes de leer. Luego esta forma de signarse se
extendió hacia la boca, y hacia el corazón con algunas variantes en la Iglesia
griega y en la Latina, en sus significados, como en el modo acomodar los dedos,
pero que en ultima instancia significan lo mismo, i.e., amar a Dios con todo el
corazón, alma, mente y fuerza. (Cf. Mat 22:37).
En la
práctica ortodoxa en general, se utiliza la mano derecha. El pulgar, índice y
dedo medio son llevados a un punto. Entonces se colocan en la frente después de
esto se mueve hacia el plexo solar, hacia el hombro derecho y horizontalmente a
través de a la izquierda. El pulgar, el dedo índice y el dedo medio son unidos
para simbolizar la Santísima Trinidad, mientras que el dedo anular y el meñique
se contraen en la palma de la mano para representar las dos naturalezas de
Cristo. (4)
En la
costumbre de la Iglesia Latina utilizamos los tres dedos empleamos la mano
derecha, colocando los dedos índice doblado detrás del pulgar, para formar una
cruz, la cual representa las dos naturalezas de Cristo, y los tres dedos
verticales representan a la Santísima Trinidad.
En la
cultura latinoamericana acostumbramos besar la cruz que formamos con el pulgar
y el índice al decir “Amen” como signo de veneración a la Cruz de Cristo y a la
Trinidad. Sin embargo algunos teólogos siguieren que debe ponerse la palma de
la mano activa en el pecho, como lo hacen muchos sacerdotes en la Misa. La mano
extendida con los cinto dedos representan las cinco llagas de Cristo.
¿Que
significa?
1. Es un
sacramental: Se llaman sacramentales los signos sagrados instituidos por la
Iglesia (no inventado por ella) cuyo fin es preparar a los hombres para recibir
el fruto de los sacramentos y santificar las diversas circunstancias de la
vida. (5)
2. Es un
signo de nuestra redención, y un emblema del amor de Dios hacia los hombres.
(Un signo es algo que nos revela sensorialmente una realidad ulterior).
3. Es un
símbolo de pertenencia a Dios por el bautismo. (Un signo “significa” algo, y un
símbolo “simboliza” algo. Los signos pueden ser comprendidos por los seres
humanos y, algunos, por los animales; los símbolos no. Los signos señalan; son
específicos de un cometido o una circunstancia. Los símbolos tienen un
significado más amplio y menos concreto como el símbolo de los apóstoles ,“El
credo”).
4. Es una
arma contra la tentación, y asechanzas del demonio.
5. Al hacer
el signo de la cruz estamos profesando nuestra fe al crucificado, (como cuando
nos signamos al pasar un templo católico).
“El cristiano
comienza su jornada, sus oraciones y sus acciones con la señal de la cruz,
"en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén". El
bautizado consagra la jornada a la gloria de Dios e invoca la gracia del Señor
que le permite actuar en el Espíritu como hijo del Padre. La señal de la cruz
nos fortalece en las tentaciones y en las dificultades.” (6)
Que no es.
-No es algo
mágico, pese a que es un signo poderoso para ser usado en modo supersticioso.
-No es para
usarse en publico, sino en nuestra relación personal con Dios,
independientemente de que nos identifique como cristianos católicos.
-No es para
hacerse a la carrera, o en garabato.
Santiguar,
signar o persignar, ¿cuál es la diferencia?
Del
catecismo escrito por el P. Gaspar Astete:
P.: ¿Qué
cosa es signar?
R: Hacer
tres cruces con el dedo pulgar de la mano derecha, la primera en la frente; la
segunda, en la boca; la tercera, en los pechos, hablando con Dios nuestro Señor.
P.: Mostrad
cómo.
R.: Por la
señal de la santa Cruz + de nuestros enemigos + líbranos Señor Dios nuestro +
P.: ¿Por qué
nos signamos en la frente?
R: Para que
nos libre Dios de los malos pensamientos.
P.: ¿Por qué
en la boca? R: Para que nos libre Dios de las malas palabras.
P.: ¿Por qué
en el pecho?
R: Para que
nos libre Dios de las malas obras y deseos.
P.: ¿Qué
cosa es santiguar?
R: Es hacer
una cruz con los dos dedos de la mano derecha desde la frente hasta el pecho y
desde el hombro izquierdo hasta el derecho invocando a la Santísima Trinidad.
(O cuando el sacerdote da la bendición final)
P.: Mostrad
cómo.
R: En el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amen. (7)
En Latín:
"In
nomine Patris" ("En el nombre del Padre")
"et
Filii" ("y del Hijo")
"et
Spiritus Sancti" ("y del Espíritu Santo").
Persignarse:
Significa hacer una combinación de ambas señales anteriores, es decir de
signarse y santiguarse, (como cuando se va a proclamar el Evangelio).
“Por la señal de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos,
líbranos Señor Dios nuestro.
En el nombre del Padre
y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.”
Es como si
dijéramos: "atención, en este momento nos va a hablar Cristo Jesús,
nuestro Señor, al que pertenecemos desde el Bautismo.
Cuando
trazamos la cruz por nuestro cuerpo, hacemos la invocación a nuestro Dios, al
Padre, Su Hijo y el Espíritu Santo, es un signo de nuestra de la fe y de la
Iglesia; es por tanto un "mini-credo", que afirma nuestra creencia en
el Dios uno y trino, y una oración por la que uno Lo invoca. Con las debidas
disposiciones, una indulgencia parcial se obtiene.
Este es un
gesto sencillo pero lleno de significado y muy poderoso, es un signo de
pertenencia. Cuando entramos en los templos católicos, para ira a Misa o para
orar, generalmente hay pequeños contenedores con agua bendita, con la cual nos
signamos, estos representa nuestra pila bautismal. Al signarnos con esta agua
bendita estamos recordando que somos Cristianos, que Cristo es el origen de mi
existencia natural y espiritual, y renovamos nuestras promesas bautismales,
rechazando al diablo y a sus tentaciones.
El primero
que hizo la "señal de la Cruz" fue el mismo. Cristo, que
"extendió sus brazos en la cruz".
¿Cuando
debemos hacer la señal de la cruz, o santiguarnos?
Pues como lo
ensañaron los primeros cristianos, y los catecismos, es decir, en todo lugar
cuando sea necesario hacerlo.
· Al iniciar el día.
· Al iniciar nuestras oraciones.
· Nos santiguamos en los momentos que
necesitamos de fortaleza, invocando a la santísima Trinidad.
· Nos santiguamos para la
concientización de nuestra pertenencia a la santísima Trinidad.
· Nos santiguamos al pasar un templo
católico en señal de respeto al la presencia Eucarística de Cristo y en el
Altar.
· Nos santiguamos cuando recibimos la
bendición de un sacerdote para manifestar nuestra humildad a la acción del
Espíritu Santo, y lo más adecuado es inclinar la cabeza.
¿Como se
debe hacer la señal de la Cruz?
Se debe
hacer con todo respeto, reconociendo nuestra finitud ante la majestad divina,
no se debe de hacer de un modo mecánico, sin sentido, o apresurado. Tampoco se
debe hacer este gesto sin la invocación a la Santísima Trinidad, de lo
contrario seria un gesto sin sentido, por tato debe ser hecho este signo de una
forma consiente y respetuosa.
Romano Guardini
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